SEXTA ETAPA: WASHINGTON DC
Dario Suro es nombrado Agregado Cultural en la Embajada de Washington DC por el Presidente Juan Bosch en el año 1963. Esto ocurre en un momento en que el artista se encuentra estresado por la vida frenética que lleva en New York, al punto de caer en una crisis nerviosa - su activa participación en la vida cultural de esa ciudad y trabajando en un lugar muy por debajo de el, mal pagado y haciendo algo sin gran interés para el que tendríamos que llamar servil. Washington le ofrece una notable mejoría en cuanto a su salud mental pero al mismo tiempo le quita es estímulo artístico de las otras ciudades donde conoció gigantes culturales de aquel momento- por ejemplo en Mexico (Diego Rivera) Madrid (Tapies) New York (Franz Kline)! En Washington conoce los más destacados y toma contacto con las galerías principales de la ciudad capital pero ningunos de estas personas y galerías le dan por el tobillo a las que conoció en las urbes donde vivió anteriormente. Ausente estaba el contacto con movimientos artísticos importantes lo cual le hace explorar otros mundo, creando nuevas visiones. Llega a su nueva ciudad, con su familia, en uno de los momentos mas turbulentos de la historia de los EUA - es un momento de asesinato, de protestas, de violencia y todo esto se refleja en sus lienzos. El día que asesinan al Presidente Kennedy pinta un homenaje que consiste simplemente del nombre KENNEDY hecho con rabia y ejecutado directamente sobre el lienzo sin ninguna planificación previa. Aparecen revólveres y sangre y le hace un homenaje a la rebelde Angela Davis. Suro se mantiene en Washington DC durante 35 años, solamente regresando a su país meses antes de su muerte. En el tiempo que vive en Washington explora diversos temas que le obsesionan - eclipses, nubes, matorrales y peinados afros , erotismo, minimalismo, etc. Llega un momento en el cual retorna a “la tierra Española” pero mezclándola con sus nuevas inquietudes como el erotismo y los eclipses. Al mismo tiempo toma ciertos cuadros y los rehace completamente, siempre creando mejorías imponentes. La última vez que hablé con el sobre su arte fue el día antes de regresar a la Republica. Me dijo que estaba ansioso de estar en Santo Domingo porque tenía unas ideas de crear obras de talla grande con el tema de sombras. Según el me dijo que tenía todo esto en mente y que solamente necesitaba ponerse en frente al lienzo con un pincel para poder crear dichas obras. Desgraciadamente, no llegó a realizar este proyecto.